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Uno de los principales objetivos marcados por la dirección de GDC Patrimonio al incorporarse al mercado asegurador español fue fijar como obligatoriedad inexcusable para toda la organización ofrecer un servicio de asesoramiento financiero global de calidad enfocado a la plena satisfacción de los clientes.
La experiencia adquirida por los socios fundadores de la empresa tras muchos años de prestación de servicios profesionales en empresas multinacionales, donde el esfuerzo se centraba en garantizar el trato ofrecido al cliente, les llevó a gestar una metodología dinámica propia y a implantar un sistema de gestión de calidad conforme a la normativa ISO 9001.
De esta forma, toda la estructura de la organización se ha adecuado a esta normativa y la está aplicando en todas las fases de su propuesta de valor. Pocas empresas del sector, por no decir ninguna, han optado por seguir este camino. Sin embargo, esta decisión que ha tomado GDC no debe considerarse un brindis al sol. Más bien al contrario, los clientes son cada vez más exigentes y tarde o temprano todas las organizaciones deberán adecuar sus estructuras a esta normativa o correrán el riesgo de estancarse.
La norma ISO 9001 implica un compromiso tangible con los clientes en el cumplimiento de unos estándares fijados por la International Standard Organization, mediante los cuales las empresas certificadas demuestran que cuentan con la capacidad suficiente para proporcionar productos o servicios que satisfacen los requisitos del cliente y los reglamentos aplicables.
Al mejorar los sistemas de calidad internos, las empresas generan un mayor grado de confianza entre proveedores y clientes. La Asociación Española de Normalización y Certificación (AENOR) ha constatado que “…esta norma internacional promueve la adopción de un enfoque basado en procesos cuando se desarrolla, implanta y mejora la eficacia de un sistema de gestión de la calidad, basado a su vez en el ciclo de mejora continua PDCA (Planificar, Hacer, Comprobar, Actuar)”.
GDC pone especial énfasis en la mejora continua y la ha incorporado a su propia Guía de Desarrollo de Competencias, un plan de carrera hecho a medida para su equipo de asesores en el que el crecimiento de sus miembros depende del cumplimiento de unos rigurosos estándares de calidad combinados con la norma ISO 9001.
La evaluación permanente del servicio dado a los clientes aumenta la eficiencia y la eficacia de los asesores en el desempeño de sus funciones, y provoca una motivación extra en su trabajo, ya que la consecución de objetivos vinculados a la calidad les permite crecer dentro de la organización y aumentar sus competencias y atribuciones.
En esta profesionalización del trabajo del asesor financiero el gran beneficiado es el cliente, ya que recibe un servicio único y personalizado con un acompañamiento cercano y permanente.
Otro de los aspectos clave de la evaluación permanente que realiza GDC se basa en la aplicación de su política de calidad, que como dijimos en una entrada anterior se ha testado con éxito en otros países europeos antes adaptarla e implementarla en el mercado español.
La dirección de calidad de la organización audita de forma cíclica la aplicación de esta política en todos sus procesos e incorpora mejoras constantemente, siendo este el verdadero factor diferencial y lo que hace única su metodología en el sector.
En definitiva, la profesionalización de toda la organización y la de sus procesos contribuye de manera inequívoca al cambio que ya se está produciendo en los mercados financiero y asegurador, con nuevos actores que aportan calidad y también, por qué no decirlo, suponen un soplo de aire fresco en este, a veces, tan encorsetado sector.
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